EL ACEITE DE ARGÁN
El Aceite que produce el árbol de argán es un producto muy apreciado en el sector de la gastronomía y cosmética.
En la cultura tradicional, se diferencian dos tipos de aceite: El de uso alimenticio en el que se tuesta la almendra antes de su prensado en frío, y el aceite de uso cosmético/corporal en el que se produce con la almendra en crudo sin tostar aportando de esta forma la totalidad de sus nutrientes a la piel o cuero cabelludo.
Desde hace siglos, la cultura bereber del sur de marruecos y argelia llevan empleando este aceite como alimento y uso cosmético. Al mismo tiempo, en la actualidad existen amplísimos tratamientos y marcas de cosmética que tienen en el aceite de argán uno de sus principales ingredientes de trabajo.
El aceite se ha usado para combatir la sequedad de la piel, quemaduras y estrías.
De la misma forma se le ha dado un uso para el cuidado del cuero cabelludo, devolviendo el brillo al cabello, y aportando un amplio abanico nutricional, así como también favorece el buen estado de las uñas.
Entre las creencias bereberes se afirma que es un aceite excelente para masajes corporales ya que entre otras cosas, no obstruye los poros.
Galería de fotos donde os mostramos los pasos del fruto de argán desde que madura en el árbol hasta que se convierte en aceite.
La producción es de cada 2 Kg de semillas de argán de producen 100 ml de aceite de argán prensado en frío.
COMPOSICIÓN: El ácido linoleico (poliinsaturado): 35% El ácido oleico (monoinsaturado): 45% Tocoferoles: 62 mg/100 g, Polifenoles: 5,6 mg/100 g, Caroteno: 300 mg/100 g, Esteroles: 160 mg/100 g, Terpeno alcoholes: 150 mg/100 g.
El aceite de argán está compuesto hasta en un 80% de ácidos grasos esenciales, AGE: ácido oleico (45%), ácido linoleico o vitamina F (35 %), ácido alfa-linolénico (15 %), ácido gamma-linolénico (3 %), ácido araquidónico (1%); contiene grandes cantidades de tocoferoles o vitamina E (unos 700 mg/kg), casi tres veces más que el aceite de oliva por ejemplo, carotenoides de los que un 50% son betacarotenos, precursores de la vitamina A, fitoesteroles (D-7steroles) -que raramente se encuentran en los aceites vegetales- y esqualeno.
Si lo comparamos con el aceite de oliva, el aceite de argán tiene la más alta concentración de ácidos grasos esenciales y ácidos linoleicos en asociación natural.
Los ácidos grasos insaturados esenciales, es decir aquellos que el organismo no puede sintetizar por sí solo y deben obtenerse de un aporte externo (dieta o cosméticos), son nutrientes vitales que están involucrados en procesos fisiológicos y bioquímicos relacionados con la regeneración de tejidos.
Desarrollan, pues, un papel importante para atenuar las cicatrices, las arrugas y aportar a la piel tersura y suavidad.